COVID-19: vencer el recelo a vacunarse los primeros

AtlanticoHoy / EFE

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vacuna covid
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Casi la mitad de los españoles rechaza inmunizarse con la primera vacuna de la COVID-19. Dos encuestas dan fe de este recelo. Los expertos se muestran preocupados pero confían en revertir este estado de opinión, que de mantenerse podría suponer un problema sanitario
De momento los datos están ahí: el último barómetro especial de octubre 2020 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) refiere que el porcentaje de españoles que NO se vacunarían inmediatamente es del  40,3 %.
El otro estudio es del Instituto de Salud Carlos III, y muestra en su segunda ronda, realizada en septiembre, como solo el 43 por ciento de los encuestados  estaría dispuesto  a ponerse una vacuna contra la COVID- 19 si estuviera disponible mañana mismo.Este último sondeo señala además las principales razones de la desconfianza: “Puede tener riesgos para mi salud” (59 %); “me pondría una segunda o tercera, no la primera” (37 %) y “creo que no será eficaz” (16 %). 

¿Pero cómo vencer este recelo?

Rafael Serrano del Rosal, sociólogo de la salud y director del Instituto de Estudios Sociales Avanzados – CSIC, apunta a la importancia de tener en cuenta el componente social de una pandemia y defiende que hay que darle más relevancia para reconducir estas actitudes.La receta para sacudir el polvo de esta reticencia es “definir bien las causas” de este temor y hacerlo además al tiempo que se desarrollan las vacunas.Reclama que hay que estudiar cualitativamente los perfiles de este grupo “para profundizar en el discurso social y así conocer los fundamentos de esa opinión, porque solo conociendo estos fundamentos se podrá intervenir en una política pública”.En su opinión, estas investigaciones “son tan importantes de cara a la efectividad de un vacuna o medicamento, como el propio fármaco o antígeno”.Así lo ha manifestado en el último foro organizado por la  Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) para hablar de las vacunas contra la COVID-19.En el mismo evento,  Sonia Zúñiga, viróloga investigadora del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CBN) del CSICP, ha considerado que parte de este problema es que la gente “ha recibido demasiada información…”“Y las cosas en ciencia no salen siempre… y no salen siempre a la primera y la ciencia  no es infalible y se va cambiando de opinión”.“Es algo muy difícil de entender para quien no está metido en el asunto y lo que genera es un cierto escepticismo, algo así como primero me dicen una cosa, luego otra..”Para la científica, se nota en la población una cierta inseguridad porque no tenemos certezas de nada. “pero esto es así, todavía falta mucho por saber y muchos estudios por completarse para poder llegar a alguna conclusión”.Por este motivo, Zúñiga,  que trabaja en el desarrollo de uno de los proyectos españoles de vacuna frente a la COVID ha defendido la necesidad de hacer “mucha pedagogía” y ha explicado que es “bueno que haya varias vacunas; desconocemos el escenario final, pero será positivo”.Además ha apuntado que “se abre un abanico inmenso por todas las investigaciones que hay en marcha” .
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FOTO EFE/ Aleksandar Plavevski

COVID-19: vencer el recelo

También Jordi Cano Ochando, inmunólogo y científico titular del Instituto Carlos III (ISCIII), ha apostado por un mensaje de confianza:“Sabemos que las vacunas cuando llegan a la población en general son seguras y tienen criterios y procesos que miran por la seguridad de las personas receptoras”.Con lo cual, cuestionar ahora el sistema de proceso de fármacos o vacunas “no es lógico, porque hay miles de fármacos y si vamos a cuestionar cada uno de ellos, vamos a vivir otra vez mucho más atrás que en la Edad Media”.

“La pregunta es ¿queremos seguir viviendo confinados en casa por rechazar la vacuna?”

En su opinión, un aspecto muy importante de la desconfianza es que se argumenta que las empresas farmacéuticas buscan ganar dinero.“Es como decir que las empresas aeronáuticas buscan ganar beneficio y por lo tanto no es seguro volar”.“Y claro que las farmacéuticas buscan beneficios como cualquier empresa privada pero están sujetas a unas leyes, regulaciones y normativas, que no permiten que un fármaco que no sea seguro llegue hasta la gente”.También María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), ha expresado su preocupación por el porcentaje de población que se muestra escéptica con la vacuna de la COVID-19, pero al mismo tiempo ha mostrado su convicción de vencer esta reacción.Y considera que no  va a tener consecuencias porque se está viendo que la vacunación de la gripe de este año se ha incrementado el 30 % respecto a otros años .Esto prueba que “la gente sabe que vacunarse es bueno para prevenir enfermedades que  pueden llevarte al hospital y evitar complicaciones importantes”.Pero sostiene que hay que hacer entre todos un esfuerzo importante por comunicar lo que hay detrás de la aprobación de una vacuna y en ello, afirma, trabaja Salud Pública del Ministerio de Sanidad en colaboración con las  CCAA.Ante una persona con miedo a la primera vacuna, ha reclamado que habría que preguntarle cuantas personas necesitaría que se vacunaran antes, porque la respuesta es que “para que un antígeno se autorice conlleva seguramente ya una vacunación de 60.000 o 1000.000 personas en los ensayos clínicos”.

Vacuna COVID-19: escrupuloso análisis

Y ante las dudas que pueda generar el procedimiento que hay tras la investigación y aprobación de la vacuna, la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha reiterado que  “no se autorizará sin un escrupuloso análisis”.
Lamas ha insistido en el “rigor” que hay como en cualquier otro medicamento y ha explicado que el trabajo de la Agencia “no acabará tras su aprobación sino que continuará su evaluación durante la aplicación en la vida real”.
También se ha referido a la distribución y ha afirmado que se van a “seguir los sistemas e infraestructuras que ya existen en la distribución de medicamentos”.Todos ellos han mostrado cautela a la hora de valorar la vacuna de Pfizer y BionTech hasta que el proceso no llegue al final, pero también han coincidido  en que los datos son esperanzadores.