Cinco alternativas caseras para reducir el consumo de plásticos desechables

Champú, dentífrico, bolsas de tela y envases textiles son algunos de los artículos que elaboran en casa las hermanas Sara y Adela Valentín para reducir su consumo de plásticos

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Champú, dentífrico, desodorante, bolsas de tela y envases textiles son algunos de los artículos que elaboran en casa las hermanas Sara y Adela Valentín para reducir su consumo de plásticos desechables, un hábito sostenible que promueven entre sus vecinos a través del proyecto juvenil Ecociencia Madrid.

La batalla particular de estas jóvenes madrileñas para "desterrar" los plásticos de un solo uso de su rutina diaria empezó hace dos años, tras conocer el "impacto" que tienen en el medio ambiente los residuos de este material, cuenta a Efe Adela, la mayor de las hermanas.

Según esta trabajadora social, que dedica su tiempo libre a concienciar sobre el problema del plástico, cambiar su estilo de vida "no fue una tarea fácil", porque en los grandes supermercados "mires donde mires todos los productos vienen acompañados de plásticos con una vida útil muy reducida", y en las tiendas a granel "no siempre encuentras todo lo que buscas". 


Para no tener que renunciar a nada, optaron por ponerse "manos a la obra” y elaborar sus propios artículos de higiene personal y del hogar con sencillas recetas que encontraron en internet, porque "cuando conoces la dimensión del problema, la preocupación por cómo afectan tus acciones al mundo es mayor que la pereza”, asegura Adela.

Bicarbonato sódico, arcilla cálcica y aceite de coco son los principales ingredientes con los que elaboran pasta de dientes, uno de los primeros productos que se animaron a hacer, porque "el dentífrico es algo esencial y los pequeños envases en los que se vende no se pueden reutilizar", apunta Sara. 

En las estanterías de su baño tampoco hay rastro de los botes de gel y champú, que fueron "fácilmente sustituibles por el jabón en pastilla, elaborado con aceite, sosa y agua", recuerda esta profesora de inglés comprometida con el medioambiente.

En casa también preparan desodorante sólido con forma a base de aceite de coco, almidón y bicarbonato sódico, que además es "muy útil para las personas que viajan mucho o para llevarlo siempre encima porque ocupa poco espacio", señala la joven.
La cocina es otro de los lugares de su casa en el que no hay rastro de plástico desechable, gracias a su decisión de comprar los alimentos en comercios a granel, a los que acuden con sus propios envases reutilizables.

La joven recuerda que cerca del 20 % de las 180 bolsas de plástico que consume cada español de media al año no se reutiliza y acaba su vida como residuo contaminante, según datos de la Fundación Aquae, unas "cifras alarmantes que podrían revertirse sin dedicar grandes esfuerzos". 



Así, con pañuelos, camisetas viejas o trozos de tela elaboran "alternativas textiles a las bolsas de plástico para ir a la compra", que son "muy fáciles de hacer incluso para los que no tienen grandes nociones de costura", comenta Adela. 

Para envolver los alimentos, en lugar de usar papel de aluminio o film de plástico, emplean tela encerada con aceites y cera de abeja o resinas vegetales que "mantiene la comida y además es reutilizable", apunta Sara. 

Con el propósito de promover estos hábitos sostenibles con sus vecinos, las dos hermanas fundaron junto con otros cuatro amigos el proyecto Ecociencia Madrid, desde el que organizan talleres de concienciación sobre el problema del plástico en distintos barrios madrileños.

En estas sesiones, además de enseñar a hacer champú en jabón, también comparten otros trucos "para los que no tienen ganas o tiempo de elaborar sus productos en casa", como sustituir la cuchilla de afeitar desechable por una de acero inoxidable, porque "todos los gestos cuentan para cuidar nuestro planeta".