El movimiento ecologista en las islas se mueve entre acciones para denunciar la construcción de hoteles y macropuertos y campañas para evitar que los turistas se lleven piedras de los espacios naturales a sus casas y alentar la búsqueda de una oferta complementaria, enfocada a la naturaleza, cuando al modelo de sol y playa no paran de salirle competidores.
Esta semana se cumple un siglo del nacimiento de un creador polifacético, que transformó para siempre la isla de Lanzarote con sus intervenciones artísticas y su lucha contra la depredación turística https://t.co/ysOwMSdqKE Por @cosmejuan
— El País Cultura (@elpais_cultura) 22 de abril de 2019
Algunas de estas preocupaciones ya estaban, hace cuatro décadas, recogidas en el ideario de Manrique (1919-1992), el artista lanzaroteño más internacional, cuya estética se centró en la preservación de la naturaleza a través del arte.
El pintor nació en Arrecife un 24 de abril, hace cien años. Viajó por medio mundo y eligió Madrid y Nueva York como residencias temporales, hasta que en 1968 decidió regresar a Lanzarote, donde una fundación con su nombre vela desde hace tiempo por su legado.
Tras llegar de Nueva York, César encontró una Lanzarote que seguía sustentada en la agricultura y la pesca, pero con miradas a un futuro donde el turismo era la alternativa más tentadora.