¿Dónde está el límite de Zeta Zetas?
No lo sé. Para mi es arte y el arte no tiene límites y es lo que personalmente la gente espera de nosotros. También la exigencia que tenemos hace que algún día no tengamos las ideas suficientes para seguir o nos cansemos. Hacer lo que hacemos desgasta mucho.Somos un grupo muy unido que lucha para que salgan las cosas. La verdad es que no se decirte dónde está el límite; mientras haya ganas, no hay límite.
¿Este año seguirán en su línea o intentarán hacer algo no tan arriesgado?
Seguiremos en nuestra línea, (ríe). No nos queda otra. Siempre arriesgamos o jugamos al límite, tratamos de hacer cosas que queremos hacer. Estamos en un concurso y siempre tenemos la ilusión de ganar; el ganar es superbonito, pero lo más que buscamos es que salga todo bien, por lo que luchamos todo un año.
¿Qué ha supuesto para la murga ganar Got Talent?
Una gran experiencia. Fue bonita, te das cuenta que la murga es capaz de lograr lo que quiere si lo sueña. Lograr el apoyo de la gente, de todos los canarios, fue un gran aliciente. No hay palabras de agradecimiento.
¿Crees que la gente se cansará alguna vez del estilo Zeta Zetas?
Hay de todo un poco en nuestro repertorio, no solo visual; hay momentos críticos, con buenas letras,... es una simbiosis. Cuando me siento con Javi Lemus creamos primero el contexto para luego sacar lo visual. En cada tema siempre sacamos un mensaje que queremos que se quede ahí y la parte visual es la que ayuda a reforzar eso.
Cómo letrista, ¿qué supondría para usted ganar el Premio Criticón?
(Ríe). No sé si le preguntas a la persona adecuada. Es bonito. Para mí tiene más valor el Primer Premio de Interpretación que el Premio Criticón. No sé, de la forma que está hecho no me termina de llegar, pero es mi opinión. Sí lo valoro, ganarlo sería bonito. Este año nos molestó el chío chío, que nos dedicaron el jurado del premio, creo que sobró.
¿Cree que las murgas se han olvidado de hacer reír?
No, yo creo que si fuera más fácil lo harían, pero es muy difícil. No todo el mundo sirve para ser humorista, es muy complicado. Murgas como Triquikonas, Los Diablos Locos o Triqui-Traques en su tiempo nos han hecho reír mucho, pero quizás para hacer algo hay que perder un poco de lo vocal, para conseguir ese efecto.
¿Qué opina de las nuevas zonas de pie para la final de murgas?
Yo personalmente tengo otra versión, como hemos comentado con otros compañeros de murgas lo ideal es verlo sentado porque son muchas horas, entonces no sé cómo será. No lo sé hasta que no lo veamos el viernes. Y menos mal que se minimizó a la mitad el aforo. Desde mi punto de vista creo que las entradas de los murgueros en la final son perdidas, porque si quiero acceder a comer algo tengo que pagar una entrada que se pierde para alguien que quiera ver el concurso. Se debería habilitar una zona para los murgueros que tras actuar puedan acceder a los aledaños del Recinto Ferial a conversar o comer algo sin entrar al Recinto, porque lo que menos me apetece tras actuar es ver a más murgas pero si hablar con los compañeros.
¿Cuál cree desde su punto de vista que sería el jurado perfecto para el concurso de murgas?
El que sea, es algo que hay que respetar. En la imperfección está la perfección, no hay jurados perfectos. El jurado puntúa lo que cree que es mejor, unas veces gustará más o gustará menos. Nunca llueve a gusto de todos. Yo me subo al escenario a hacer lo que quiero hacer y que llegue a la mayor gente posible mi mensaje y entre ellos está el jurado.
¿Cómo ha sido trabajar con Richard Casanova?
Muy bien, aunque yo conocía a Richard de mucho tiempo atrás. Tras un período de adaptación, todos nos hemos acoplado bien. Él ha entendido la filosofía de la murga y la murga ha sido muy flexible. Cuando le dan un poco de 'mimo', se entrega a lo que quieras hacer.