Redacción

Opinión

Capítulo 7 (tercera temporada): 'El oso y la doncella'

Guardar

Si eres uno de esos fans que, cuando acaba una temporada de Juego de Tronos, se te queda un vacío inmenso en el corazón y en tu vida, significa que no solamente te gusta la serie, sino que estás obsesionado con ella. No te preocupes, porque en AtlánticoHoy también estamos obsesionados con los dragones, las traiciones, las intrigas y las diferentes casas nobles de Poniente. Por eso, te proponemos un plan para hacer la espera hasta el estreno de la última temporada un poco más llevadera, comentando CADA VIERNES todos los capítulos de la serie, uno por uno, semana tras semana, para volver a disfrutar de ellos y poder recordar detalles y matices que es posible que se perdieran por el camino. Empezamos...

Capítulo 7 (tercera temporada): 'El oso y la doncella'

Jon y los salvajes ya estaban al otro lado del Muro. Ya no pisaban nieve y Jon se acercaba cada vez más al momento de la verdad. Las rivalidades y las enemistades perseguían a Jon, que era desafiado continuamente por algunos de los salvajes. 

Catelyn lo dijo bien claro: "Walder Frey quería un rey", ya que quería a Robb, pero ahora iba a tener a Edmure, un señor noble, el hermano de Catelyn, para casarse con una de sus hijas. Era una gran oportunidad para la casa Frey, pero aun así no era el Rey en el Norte. 

La relación entre Robb y Talisa era una historia de amor perfecta en medio de un mundo que se caracteriza por la violencia, las traiciones y la brutalidad que el autor de Juego de Tronos muestra a la hora de decidir el futuro de sus personajes. La novedad ahora era que la esposa de Robb estaba embarazada. El amor entre ambos no cuadraba en la historia de Canción de Hielo y Fuego

Jaime Lannister volvía a su hogar y Brienne debía quedarse con Roose Bolton y sus soldados. Él le prometió a su captora que devolvería a Sansa y a Arya a Lady Stark. Cuando se fue a despedir de Lord Bolton, Jaime pronunció las palabras más importantes de la temporada. Le dijo que le enviara el siguiente mensaje a Robb: "Los Lannister envían saludos".

La amistad que había crecido entre la futura reina, Margery, y Sansa tampoco era habitual en un mundo tan brutal como el de Desembarco del Rey. Ella le hacía ver a la joven Stark que Tyrion no era tan mal partido como parecía. 

Tyrion, por su parte, se quejaba a Bronn de su obligación de casarse con Sansa. A él tampoco le gustaba la idea de casarse con alguien tan joven y sabía que a Shae, su amante, no le iba a gustar. Una vez más, los conflictos se iban cocinando a fuego lento a lo largo de la serie. Efectivamente, la amante de Tyrion lo castigaba psicológicamente porque este debía acatar órdenes y cumplir con su deber. 

En la siguiente escena, el actor que interpreta a Joffrey, Jack Gleeson, mostró su gran talento a la hora de dar vida a un niño impertinente y, a veces, patético. Era obvio que el verdadero rey de Poniente era Tywin Lannister y su frialdad, al preferir gobernar desde la sombra, lo que lo convertía en el hombre más peligroso de los Siete Reinos. 

Image
Después de escalar el Muro, los salvajes iban a la guerra | Fotograma tráiler serie: HBO

Daenerys llegaba a Yunkai, después de salir de Astapor con su ejército de Inmaculados. El diálogo con uno de los maestros de Yunkai mostraba que Daenerys ya era por fin la gran reina que iba a continuar siendo durante las siguientes temporadas. Sus dragones, aunque no habían alcanzado su tamaño de adultos, ya imponían respeto a los líderes de las grandes ciudades al otro lado del Mar Angosto. 

Lady Melisandre le contaba a Gendry la verdad sobre por qué lo había capturado: era el hijo bastardo de Robert Baratheon y había poder en su sangre, porque era sangre real. Arya no perdonaba a Beric ni a Thoros de Myr por haber traicionado a Gendry, por lo que intentó escapar y, cuando lo hizo, el Perro estaba esperándola para poder capturarla. 

Jaime Lannister volvía a su hogar y Brienne debía quedarse con Roose Bolton y sus soldados. Él le prometió a su captora que devolvería a Sansa y a Arya a Lady Stark. Cuando se fue a despedir de Lord Bolton, Jaime pronunció las palabras más importantes de la temporada. Le dijo que le enviara el siguiente mensaje a Robb: "Los Lannister envían saludos". 

Catelyn lo dijo bien claro: "Walder Frey quería un rey", ya que quería a Robb, pero ahora iba a tener a Edmure, un señor noble, el hermano de Catelyn, para casarse con una de sus hijas. Era una gran oportunidad para la casa Frey, pero aun así no era el Rey en el Norte.

La tortura a Theon continuaba por parte de Ramsay y se volvía más cruel que nunca. Mientras, los salvajes avanzaban hacia el Castillo Negro. Jon le dijo a Ygritte la verdad: no podían ganar la guerra. Sabía que los salvajes habían intentado invadir el Norte en seis ocasiones y siempre habían perdido. Esta escena mostraba una vez más que la historia previa al juego de tronos cobraba vida propia. 

Jaime iba conociendo más en profundidad a Qyburn y era obvio que este tenía unas inquietudes retorcidas. Cuando se enteró de que nadie volvería para salvar a Brienne y que iba a ser el entretenimiento de los soldados de los Bolton, volvieron a Harrenhal. 

Fue entonces cuando vimos una de las escenas más pintorescas de toda la serie: Brienne luchaba contra un oso en una especie de plaza. Jaime tuvo que salvarla y cuando la fuerza del nombre Lannister se impuso al hombre que le había cortado la mano, Jaime y Brienne pudieron continuar con su camino hacia Desembarco del Rey. 

Escena del capítulo 'El oso y la doncella':