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Opinión

Capítulo 8 (tercera temporada): 'Los segundos hijos'

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Si eres uno de esos fans que, cuando acaba una temporada de Juego de Tronos, se te queda un vacío inmenso en el corazón y en tu vida, significa que no solamente te gusta la serie, sino que estás obsesionado con ella. No te preocupes, porque en AtlánticoHoy también estamos obsesionados con los dragones, las traiciones, las intrigas y las diferentes casas nobles de Poniente. Por eso, te proponemos un plan para hacer la espera hasta el estreno de la última temporada un poco más llevadera, comentando CADA VIERNES todos los capítulos de la serie, uno por uno, semana tras semana, para volver a disfrutar de ellos y poder recordar detalles y matices que es posible que se perdieran por el camino. Empezamos...

Capítulo 8 (tercera temporada): 'Los segundos hijos'

Arya se despertó, en medio del bosque, capturada por El Perro. Intentó matarlo con una piedra, pero la fiereza de Sandor Clegane era demasiado imponente para una niña como la joven Stark. Le habló de su hermano La Montaña y este sí que era uno de los grandes villanos de la serie y de los libros.  

Daenerys intentaba conquistar la ciudad de Yunkai, donde Los Segundos Hijos eran lo único que se lo impedía, un grupo de dos mil soldados, entre los que se encontraba Daario Naharis, un personaje que iba a tener relevancia en los siguientes episodios y en las próximas temporadas. 

Gendry llegaba a Rocadragón con Lady Melisandre y fue presentado a Stannis Baratheon, que lo reconoció inmediatamente como hijo bastardo de su hermano, por los rasgos físicos. Era obvia la intención que ambos tenían: querían sacrificarlo en nombre del dios de Luz. 

Ser Davos Seaworth seguía aprendiendo a leer en su celda, donde Stannis fue a visitarlo y a presentarle sus condolencias por la muerte de su hijo, que murió en la Batalla del Aguasnegras. Lo cierto era que el rey quería liberarlo, porque sabía que Davos no podría evitar liberar a Gendry. 

La cobardía de Sam se transformó en valentía y gracias a los cuchillos de vidriagón consiguió asesinar al Caminante; otro de esos momentos en los que la caracterización de los personajes es brillante y compleja, al mostrarnos a Sam, un personaje juzgado por ser gordo, incapaz y cobarde, pero que era de los pocos hombres que había conseguido asesinar a un Caminante Blanco.

Llegaba el momento de la boda de Tyrion y Sansa, en la que el enano demostró una vez más ser uno de los pocos Lannister (o el único) en tener la suficiente decencia como para prometerle que nunca le haría daño. Las tensiones y los juegos de poder entre Margery y Cersei estaban presentes antes de la ceremonia y era obvio que la boda era una broma muy simpática para Joffrey. 

Lady Melisandre es una mujer que, por medio de su belleza, era capaz de manipular a reyes, así que no le fue complicado engañar a Gendry para sacrificarlo. Todo había sido una farsa para conseguir la sangre del hijo de Robert y poder "asesinar" ante el fuego a los usurpadores del trono. 

Con respecto a la locura que muestran algunos de los personajes de Juego de Tronos, por muy disparatada que parezca en ocasiones, hay que tener en cuenta lo que se suele decir, que "la realidad siempre supera a la ficción" y, en muchos casos, en la serie de libros de George R. R. Martin y en la adaptación televisiva se refleja la historia de la humanidad, con sus luces y sus muchas sombras. 

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Joffrey vuelve a demostrar que es un rey sin poder | Fotograma tráiler serie: HBO

Después de la boda, Tyrion se emborrachó como nunca lo había hecho en su vida para poner incómodo a su padre, que le insistía en que debía consumar el matrimonio con Sansa, para tener el dominio en el Norte. Joffrey continuaba con las burlas y las intimidaciones hacia la joven Stark. 

Cuando Tyrion amenazó a su sobrino el rey con un cuchillo para que dejara las burlas a un lado, la ira de Joffrey se dejó ver, al mismo tiempo que su incapacidad para imponerse. Sansa y Tyrion debían consumar el matrimonio, pero él se lo dejó bien claro al decirle: "No compartiré cama contigo hasta que no quieras que lo haga". 

Llegó el momento en el que Daario Naharis entregó a Daenerys las cabezas de los comandantes de los Segundos Hijos, además de su espada y su lealtad. Ahora luchaba para ella, al igual que los Segundos Hijos. 

Daenerys intentaba conquistar la ciudad de Yunkai, donde Los Segundos Hijos eran lo único que se lo impedía, un grupo de dos mil soldados, entre los que se encontraba Daario Naharis, un personaje que iba a tener relevancia en los siguientes episodios y en las próximas temporadas.

Sam y Gilly se refugiaron al pie de un árbol ancestral, de camino al Castillo Negro. El sonido amenazante de los cuervos hizo que se percataran de la presencia de un Caminante Blanco, que iba decidido a robarle el bebé a la chica. 

La cobardía de Sam se transformó en valentía y gracias a los cuchillos de vidriagón consiguió asesinar al Caminante; otro de esos momentos en los que la caracterización de los personajes es brillante y compleja, al mostrarnos a Sam, un personaje juzgado por ser gordo, incapaz y cobarde, pero que era de los pocos hombres que había conseguido asesinar a un Caminante Blanco. 

Sam mata a un Caminante Blanco: