José María Cabrera

Opinión

La Chova Piquirroja

Guardar

Conjuntamente con el pino canario, la Chova Piquirroja, también conocida como catana o graja, es un endemismo y está considerada símbolo natural de la isla de La Palma.

Es un ave de tamaño mediano, de unos 40 centímetros de largo desde el pico a la cola en su edad adulta, englobada en la familia de los córvidos, con quienes es fácil confundirla cuando se le ve volando desde lejos, aunque de un tamaño más reducido y un temperamento mucho más dócil.

lamina 25 chova piquirroja

Amplia aquí la imagen

De chovas existen ocho subespecies y podemos encontrarlas desde Europa hasta Asia. De plumaje parduzco y un largo pico de color naranja y patas color rosa en su edad joven, con el tiempo a partir de su primer invierno se vuelven de un negro intenso con brillos tornasolados, con aspecto metálico azulado o verdoso cuando les da la luz, al igual que su pico y sus patas, que se vuelven de un rojo muy vivo.

Su pico es ligeramente curvado, pues a diferencia de otros córvidos, se alimenta casi exclusivamente de pequeños invertebrados como lombrices, gusanos, larvas, saltamontes, arañas o mariposas, a los que necesita atrapar en escondrijos, pedregales o grietas en la tierra y son la base de su alimentación. También se alimenta de frutos o semillas, pero principalmente en los meses de invierno, cuando le es más difícil encontrar insectos.

Vuela en bandadas y la podemos encontrar en zonas costeras y montañosas, cerca de explotaciones ganaderas, nunca en bosques tupidos. Es un ave de costumbre sedentaria, por lo que siempre se conserva en su área de distribución, solo emigrando a zonas más bajas y cálidas cuando las condiciones climáticas son severas y el frío intenso.

Su cortejo comienza con la llegada de la primavera, en la que los machos realizan acrobacias y picados en el aire intentando atraer la atención de las hembras, y una vez conformadas las parejas, buscan grietas, cuevas, agujeros de árboles e incluso tejados de casas para montar sus nidos a base de raíces y vegetación, nunca muy dispersos con respecto a los de los demás miembros de la colonia pues es muy raro que nidifique una pareja sola.

Lamentablemente por el uso de pesticidas contra los insectos y su aplicación en los frutales junto a la tala de bosques para aprovechamiento agropecuario, en Canarias se ha ido reduciendo su hábitat y actualmente solo se le puede ver en La Palma, donde se calcula que deben existir unos 1500 ejemplares cuando en el pasado era un ave común en Tenerife, La Gomera y El Hierro, y como suele ocurrir con cualquier ser vivo de nuestra islas, presenta ciertas diferencias con respecto al resto de chovas existentes por el mundo, siendo la nuestra una subespecie denominada barbarus.


Consigue tu lámina firmada y numerada

Si te interesa tener una copia firmada de las ilustraciones que publicaré en este blog cada semana, contacta conmigo en: jmcs19641@gmail.com

O sígueme en Instagram @cabrerasuarezjosemaria