Estas son sólo muestras indicativas de un montón de singularidades que hacen del Archipiélago una zona vitivinícola de lo más curiosa y sorprendente. También, de lo más apetecible por la escalada en referencias “Premium” que nuestros bodegueros han sabido posicionar –y afianzar- tanto en los mercados como entre los comunicadores especializados, los “influencers” y los “gurús” del vino, caso de Peñín y Parker.
Copa con vino herreño | FB
Pues sí, y como se avanzaba, estudios realizados por el grupo de Investigación de Tecnología Enológica (Tenecnol) de la Universidad de Rovira il Virgili de Tarragona dan carta de naturaleza a la tesis que, hasta hace poco, se movía en el plano de la hipótesis: la conocida variedad forastera blanca junoniense (popularmente denominada forastera gomera) presenta un genoma particular que la hace diferente al resto de las que forman parte de la base de datos.
Esto confiere a las vinificaciones de la Isla Colombina un acento especial en las fases de cata del todo peculiar; el hecho de que en su desarrollo no se conozca la influencia de ningún proceso volcánico durante la llamada etapa histórica, permite calcular que las actuales vides datan del siglo XV, momento en el que llegaron a la Isla.
Va siendo hora de comprender el mapa vitícola del Archipiélago, que pivota sobre once denominaciones de origen. Las de Tenerife (Tacoronte-Acentejo, La Orotava, Güímar, Ycoden Daute Isora y Abona), más Lanzarote, La Gomera, El Hierro, La Palma y Gran Canaria. A éstas se ha sumado la DOP Islas Canarias recientemente.
Lanzarote, por ejemplo, constituye un particular paradigma de plástica paisajística y esfuerzo en cada hoyo en el que se multiplica paciente y extraordinaria la malvasía volcánica, que hunde sus raíces en los sustratos de un “terroir” inimaginable y que conforma ese conjunto enigmáticodel “paisaje lunar” que es La Geria. Germán López Figueras (patriarca y propietario de Rubicón) es contundente al respecto: “Quien vea este trabajo ímprobo frente a los elementos, a la climatología –la alta temperatura es nuestro peor enemigo-, con el cuidado prácticamente diario que se imprime a las vides, se maravillarán ante algo tan hermoso”.
Cultivos en La Geria, Lanzarote | Francisco Belín
Efectivamente, los viñedos se plantan en “conos” formados en el lapilli, denominado localmente picón, y protegidos adicionalmente por pequeños muros de piedra”.
Salta a la vista que en el sector existe gran fragmentación y diversidad entre unas islas y otras, también entre comarcas. Sin embargo, existe un denominador común en los últimos tiempos: la ambición hacia la mejora en calidades y reforzar vinificaciones con unas “credenciales” que únicamente puede aportar el suelo volcánico y las características climatológicas (microclimas) de cada zona, en algunos casos con la influencia del Atlántico.
Visualicemos Tenerife en particular: un farallón en el Atlántico y el Teide como parapeto natural dentro de ella; pensemos en 26.000 hectáreas de bosque, vientos Alisios, climatología en la que también entran en juego las bajas temperaturas… Se dan unas características que inciden necesariamente en elaboraciones vitícolas diferenciadas.
Para qué decir, dentro de los sistemas de cultivo, de ese enigmático cultivo de “cordón trenzado” del que puede decir, y mucho, el bodeguero Agustín García Farrais (Tajinaste), en el que la orografía del Valle impone el diseño.
Vinos en una pasada edición del Certamen Regional Agrocanarias | FB
Asombra profundamente contemplar estos viñedos que no existen en sitios remotos, en Hawai o Nueva Zelanda. Resulta que están aquí, en Canarias, en Tenerife, donde se cuida esta formidable y meticulosa labor agrícola de “trenzas” -en el aspecto más literal de la palabra- que se practica con los sarmientos de la parra.
Como se puede figurar el lector, exige un detallado trabajo artesanal, en todas sus etapas, desde la poda a la vendimia. Están a pie franco y la singularidad del terroir hace del cordón trenzado una tarea casi ímproba, como de “joyero” de la vid.
Se da la circunstancia de que, de esta forma, los sarmientos son movibles y el aprovechamiento del terreno es más versátil. Antaño, en esta comarca se sobreexplotaba la viña para obtener mayor cantidad de uva, pero ya este auténtico diseño de la naturaleza se dedica a la obtención de vinos de alta calidad.
Composición muy curiosa en la Bodega Rubicón, Lanzarote | FB
“Ser o no ser… ésa es la cuestión”. Dilema que se desprende del soliloquio de la obra Hamlet, también del autor inglés, escrita alrededor de 1600 y que quizá venga al pelo para particularizar el devenir de un sector que ha avanzado con fuerza en los últimos años pero que también se debate entre las complicaciones propias de una actividad económica sujeta al sector primario y a los avatares cambiantes de los mercados interior y foráneo.
Vinos únicos por donde miremos, efectivamente. Ese camino lo han hollado muchas bodegas (Monje, Tajinaste, Suertes del Marqués, Artífice, Cráter, Marba, El Balcón Canario, Bermejo, El Grifo, Rubicón.. y tantas) quebasan su empeño en la recuperación de métodos de elaboración de antaño con tecnología punta y que ratifican el relevo de una tradición vitivinícola de varias generaciones.
La sostenibilidad, imprescindible. La Bodega El Sitio, adscrita a la DOP Islas Canarias-Canary Wine y ubicada en el municipio de Tacoronte, Tenerife, se ha convertido en la primera bodega de Canarias en autoabastecerse al 100% de energía limpia y renovable, gracias a sus placas fotovoltaicas puestas en funcionamiento, lo que la convierte de hecho en la primera Bodega del Archipiélago autosuficiente, energéticamente hablando.