El formato culinario asociado al spa tiene cada vez tiene más adeptos y se ha perfeccionado teniendo en cuenta que los fanáticos de esta fórmula de relajación pueden pasar horas en las instalaciones. Los cocineros especializados se afanan en una notable reducción de calorías, alimentos bajos en grasas, libres de colesterol y con aportes importantes de vitaminas, minerales, fibra e incluso hierbas con efectos antioxidantes y desintoxicantes.
La alimentación spa no limita los ingredientes que se pueden usar, pero si tiene una gran influencia de la medicina tradicional china y de la dieta mediterránea. Cabe intuir que entre chorros de agua caliente, ducha escocesa, sauna, etc., en cualquier momento y con el obligado atuendo del albornoz se sienta algo de fatiga: ahí están los zumos, los “antiox”, ensaladas y sándwiches ligeros,…
El vino, del que ya se han comprobado sus efectos beneficiosos para la salud, está presente, especialmente el tinto y en cantidades moderadas. O el aceite de oliva, a la vez que el té rojo (“devorador de grasas”), té verde y el ginseng, quefavorecen la digestión.