Agadir busca relanzar el destino con un ambicioso plan de promoción y captación de turistas

Agadir, la capital de la rica región de Sus Masa de Marruecos, ha recibido 2017 con una sensible alza en la visita de turistas, si bien, lejos de cumplir con las expectativas

Guardar

Featured Image 1215
Featured Image 1215

Image

Costa de Agadir | IMAGEN CEDIDA


Agadir, la capital de la rica región de Sus Masa de Marruecos, ha recibido 2017 con una sensible alza en la visita de turistas, si bien, lejos de cumplir con las expectativas que a principios del año 2000 la situaban como el destino por excelencia de la modalidad de sol y playa del país y de la costa occidental africana, no ha logrado hasta ahora despegar como se esperaba. Por ello, las autoridades locales han venido demandando un plan ambicioso para relanzar su oferta a nivel internacional, algo que parece ir tomando forma a raíz de un reciente encuentro en la Oficina Nacional Marroquí de Turismo (OMNT).

De ahí ha surgido un protocolo destinado a abrir negociaciones con diferentes compañías aéreas nacionales y extranjeras regulares y de low cost para establecer un hub en su aeropuerto con el que primar más vuelos y frecuencias y llenar así los muchos hoteles y residencias de la ciudad y su entorno. Dicho plan contempla también la diversificación del producto y la potenciación de la animación.

En los últimos meses se producido movilizaciones, incluidas el cierre de comercios y zocos o manifestaciones de taxistas y otros gremios, para demandar de Rabat una política de tasas aéreas semejante a las que gozan la capital económica y financiera del país, Casablanca, centro logístico de la compañía de bandera Royal Air Maroc, y Marrakech, la ciudad imperial que representa el principal atractivo internacional del reino para muchos viajeros europeos.

Agadir, hoy por hoy, es una ciudad que combina la modernidad y los servicios de cualquier destino turístico de esta parte del mundo con las industrias agropecuarias y la pesca, pero los proyectos urbanísticos del Plan Gran Agadir, que contiene diversas actuaciones destinadas a conjugar todas sus actividades en torno a su puerto y a la playa de 6 kilómetros de arena blanca que remata la fachada urbana, languidecen a la espera de unos ingresos que o bien se quedan por el camino en las políticas de descentralización que aplica el Gobierno marroquí o no terminan de llegar por la vía de las pernoctaciones y del negocio turístico.


Gestiones en Suecia, Finlandia y Reino Unido

Para relanzar la demanda europea, antes tradicional pero actualmente en pleno estancamiento, ya se han llevado a cabo algunas gestiones de promoción y prospección con touroperadores suecos, finlandeses y británicos, según unas recientes declaraciones a la prensa local del presidente del Consejo Regional de Turismo de Agadir, Guy Marrache, quien ha insistido en que el hub aéreo es la piedra angular de todas las iniciativas que contempla el citado plan, un marco que también deberá proporcionar un mayor número de conexiones con Casablanca y otras ciudades del interior con el fin de animar la llegada de nacionales.

En cuanto a la estrategia de diversificación del producto, las autoridades y técnicos abogan por abrir nuevos nichos, tales como el turismo de congresos, conferencias y eventos, pero también la potenciación de los ya conocidos, como el golf, surf y otros deportes acuáticos y terrestres, excursiones y aventuras en el entorno rural, además de las compras de artesanías, joyas o visitas guiadas a los zocos.
En cuanto a la tercera vía, la animación, reconocen que es un factor negativo que ha venido afectando al destino y que es necesario implementar la concertación entre los distintos agentes que conforman este sector para revertir la situación en base a iniciativas que mejoren la imagen de la ciudad en ese sentido.


Suspensión de trabajos en Agadir Land y Agadir Camp

Precisamente, los promotores de los proyectos conocidos como Agadir Land y Agadir Camp, un parque temático de ocio y un espacio de camping, ambos de gran envergadura, que se construyen en una zona privilegiada de la ciudad con un presupuesto de algo más de 32 millones de euros, anunciaron recientemente la suspensión de las obras, aunque aclararon que no se trata de una renuncia definitiva, sino un alto en el camino para recapitular en el orden de las ejecuciones y en atención a un aviso de la Agencia Urbana de Agadir, que advierte que la zona está afectada por riesgo sísmico elevado (en la memoria de sus habitantes aún perdura el terremoto que sacudió esa misma montaña, donde se encontraba la antigua Medina, en el año 1960, y que produjo la muerte de unas 12.000 personas), además de encontrarse en un paisaje protegido.

Los propietarios alegan que el proceso de iniciación e implantación del proyecto pasó por el examen previo del Consejo Comunal de Agadir y que se acordó la concesión y el alquiler después de largos debates y trámites.

Lo cierto es que los problemas no parecen acabar para Agadir en su empeño de abrirse paso como referente balneario turístico, si bien muchas cadenas hoteleras de primer orden, como las españolas Riu, con tres establecimientos en asociación con el grupo Tikida, Meliá o Iberostar; continúan abriendo nuevos negocios o reformando otros, y aparentemente registran una más que aceptable ocupación durante todo el año.