Alertan del aumento del trastorno obsesivo en menores por la pandemia

AtlanticoHoy / EFE

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menores TOC confinamiento
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Los psicólogos perciben un aumento de casos de trastorno obsesivo compulsivo en menores como consecuencia del impacto de la pandemia de la covid-19.Asimismo, ven de vital importancia la unión entre sanidad, educación y bienestar social para un adecuado abordaje de la salud mental en niños y adolescentes.La decana del Colegio de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, Carmen Linares, manifestó que en esta pandemia "ha liderado el miedo" y se ha transmitido el mensaje de que los menores son responsables de los contagios a los adultos.Linares criticó este tipo de mensajes porque no se puede responsabilizar a los niños de esta manera ni demonizar a todos los adolescentes, y dijo que cuando se les prohíbe reunirse en parques o calles y luego se les critica por las fiestas en viviendas "es porque estamos incrementando el problema" en esta forma de tratar la alerta sanitaria. 

Impacto de las medidas de restricción

Carmen Linares señaló que el impacto de la pandemia y de las medidas de restricción "es una realidad que no podemos ignorar y que están sufriendo muchos menores", uno de los colectivos más vulnerables y afectados por la situación, junto a los mayores.Detalló que hasta ahora el trastorno obsesivo compulsivo en menores no superaba el 2 por ciento de casos y aunque aún no se ha determinado el impacto de la situación actual en los problemas emocionales y mentales "una cosa está clara: este tipo de trastornos ha aumentado", advirtió la decana.Los niños y adolescentes han vivido estos meses algo fuera de lo común, un parón en sus vidas que puede afectar a su desarrollo como futuro adulto al haber experimentado en algunos casos situaciones adversas y dolorosas, continuó."La alerta sanitaria es importante, pero la psicológica también lo es", especificó la experta, para quien niños y adolescentes poseen una alta capacidad de resiliencia pero ésta se ve afectada cuando carecen de un entorno protector que les proporcione seguridad, como es el caso de la familia y la escuela.

Entorno protector

En estos meses no sólo se ha podido ver a familias en exclusión social sino que han estado inmersas en una situación desconocida, con cierres de negocios y abocadas a ertes y Carmen Linares indicó que en circunstancias adversas "los menores dejan de ser vistos. No hay tiempo para atender a lo emocional y lo psicológico".Añadió que en un sondeo entre consultas de psicólogos se ha detectado que los síntomas que más se repiten en menores y adolescentes es el aumento de las pesadillas, del apetito y del sobrepeso, mayor irritabilidad, dolores musculares y de cabeza, más tristeza por el riesgo de contagios y la falta de contacto con amigos y compañeros de clase e incluso, reticencia para asistir al colegio en la reanudación de las clases.También hay dificultades para adaptarse a las nuevas normas y al uso continuado de la mascarilla, algo que además afecta en mayor medida a los niños con necesidades educativas especiales, junto a otros síntomas como los de estar todo el día en su cuarto sin hacer nada, involución en conductas ya adquiridas, mayor dificultad para salir de casa, y en general, se ha visto un aumento de casos de violencia de género y familiar entre padres e hijos. 

Refuerzo del papel de los psicólogos

Los psicólogos piden que se refuerce su papel en los centros de salud de Atención Primaria para reducir en lo posible la medicalización de las patologías y proporcionar programas psicoeducativos en los centros escolares para dotar a profesores y alumnos de estrategias para afrontar situaciones adversas.Un ejemplo de cómo la perspectiva psicológica difiere de los mensajes que se están transmitiendo es que los psicólogos quieren que se hable de mantener la distancia física, no la social, que es fundamental para una persona, y ponen el acento además en que se preste atención al riesgo de suicidios entre adolescentes.En la comisión también compareció María Aránzazu Calzadilla, profesora titular de Derecho Civil de la Universidad de La Laguna, que coordina a los equipos de investigadores de este centro y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria que redactan la propuesta de nueva ley de atención integral a la infancia en Canarias, un texto que parte en su esencia de la vigente desde 1997.