“No tenemos apoyo institucional para dar a conocer nuestro patrimonio de relojes públicos”

El presidente de la Asociación en Defensa de los Relojes Públicos analiza en AtlánticoHoy el valor y necesidades tanto de nuestras 'máquinas del tiempo' como de su oficio artesanal

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Desde que puede recordar, Daniel Mato soñaba con ser relojero artesanal mientras admiraba esa mecánica "capaz de tener vida propia". No apartarse de su pasión y el inevitable transcurrir del tiempo le han llevado a cumplir 35 años de oficio en sus manos, perfectamente entrenadas para la precisión.

Pertenece a la tercera generación de una familia de relojeros especializados y, aunque su hija parece haber heredado su pasión por la defensa de las máquinas del tiempo, en Canarias podemos afirmar que no hay relevo generacional para un oficio que tampoco está reconocido como tal y que padece de un importante grado de intrusismo. Sin embargo, sus escasos representantes han luchado por proteger el desconocido y valioso patrimonio de relojes públicos de Tenerife, que cuenta con con piezas únicas en el mundo, del abandono al que parece abocado.

Con la intención de revertir esta situación nace la Asociación en Defensa de los Relojes Públicos (Adrecos), presidida por el propio Mato, quien defiende que "conservar nuestros relojes públicos es preservar la historia de nuestros pueblos".

Para conocer más acerca de nuestro patrimonio en esta materia, las historias que se esconden detrás de muchas de estas piezas insustituibles y buscar apoyos ante la falta de respaldo institucional al que se enfrentan a la hora de su adecuada conservación y divulgación, AtlánticoHoy se adentra en el mundo de los relojes públicos y los relojeros artesanos de la mano de Daniel Mato.

Entrevista a Daniel Mato en el set de grabación de AtlánticoHoy | AH

- Usted es el presidente de Adrecos. ¿Cómo nace la Asociación en Defensa de los Relojes Públicos?
Nace porque entendemos que tenemos que defender un patrimonio bastante importante de relojes públicos que fueron traídos por nuestros antepasados con gran esfuerzo y dedicación cuando en los pueblos no existían relojes en aquella época. Una vez viendo que hay una importante historia documentada en los archivos municipales y cabildos entendimos que teníamos que darla a conocer.

- ¿Cómo es el patrimonio relojero que tenemos en las Islas?
Tenemos un patrimonio importantísimo. Incluso relojes únicos en el mundo, como podría ser el del Cabildo de Tenerife, creado por la empresa Viuda de Perea de Miranda del Ebro en 1953. Se creó su tambor carillón para que tocara tajarastes. Es una máquina única en el mundo. La tenemos aquí en el Cabildo Insular con siete campañas maravillosas, de las mejores de toda España.

- ¿Qué puede decirnos acerca de la antigüedad de nuestro patrimonio?
Tenemos un reloj en la Catedral de La Laguna de 1714, de John Ellicott, relojero personal del rey Jorge III de Inglaterra. Este señor era un tecnócrata importantísimo que inventó la rueda de escape, la rueda de cilindro y la péndola de compensación del tiempo de las máquinas, de las que hoy conocemos el tic-tac. Él creó esa péndola porque antes los relojes eran de movimiento continuo. Es decir, adelantaban o retrasaban, y él consiguió hacer la péndola de compensación del tiempo. Ese reloj costó 1.414 reales de vellón en 1714. Fue comprado para La Concepción, pero al final terminó en la Catedral. Es un reloj único, una maravilla, y tiene una necesidad de restauración bastante importante.

daniel matoDaniel Mato revisando documentación histórica sobre uno de los relojes | AH

- Precisamente a pesar de ese valor histórico, ¿por qué se abandonan o se dejan sin restaurar en muchos casos?
Se abandonan porque no se está haciendo un relevo generacional de este oficio de relojero profesional, o relojero, mejor dicho, porque no tenemos titulación del Ministerio de Educación ni por parte de las comunidades autónomas de un oficio de relojero artesanal. El oficio, al no tener una protección oficial, es una profesión que se está dejando al olvido. ¿Quién es el último eslabón que sufre este olvido de los relojeros? Los relojes públicos.

- ¿Qué relojes han logrado salvar o restaurar?
Estamos muy orgullosos de ello. Estamos haciendo un trabajo bastante amplio por intentar salvar a todos los relojes. Para nosotros todos son muy importantes. Estamos orgullosos especialmente del reloj de Icod de Los Vinos, un reloj de 1870, que cumple su 150 aniversario. Tenemos intención de hacer una torre museo con ese reloj porque entendemos que no solo los relojes eran la parte más importante de las torres, sino también la torre en sí, porque eran, digamos, el altavoz a la sociedad, por donde se mandaban los mensajes en una época en la que no existían medios de comunicación, pero sí, aparte del reloj, las campanas, la matraca, y esta serie de cosas.


-¿Existe algún reloj que le preocupe particularmente por su estado actual?
Sí. Hay un reloj que me preocupa muy especialmente: el de la Iglesia de Santiago Apóstol, en Los Realejos. Este año se dieron las campanadas de Fin de Año sin haberlo restaurado. Esta es la parte donde vemos que no se preocupan de este reloj, pero sí se dan unas campanadas de Fin de Año. Nos preocupa porque ese reloj, con la documentación más amplia de Europa, una documentación registrada en el archivo municipal sobre el verdadero esfuerzo que realizaron los vecinos por traer la máquina del tiempo, es propiedad municipal y todavía no hemos conseguido que se tomen las responsabilidades municipales para restaurarlo.

- ¿Cuáles son las principales amenazas de estos relojes? ¿Las palomas? ¿La falta de mantenimiento?
La principal amenaza es la de convencer a las personas de que hay que restaurar y mantener estos relojes públicos. Es mucho más difícil, se lo garantizo, que reparar y restaurar el reloj.

- Los relojes tienen una historia especial, sobre todo los públicos, traídos de otros puntos lejanos por nuestros antepasados. ¿Hay alguna historia que le resulte más llamativa?
Todos los relojes tienen su historia. Todos tienen un motivo, una justificación del porqué llegaron a ese edificio. Al fin y al cabo, fue para el desarrollo de los pueblos y ciudades. Hubo un momento en el que no existía el paso del tiempo. No eran capaces de coordinar una ciudad a golpe de campana. Entonces, tener un reloj en aquella época era un gesto muy importante de progreso. Todos tienen su historia, su forma de haber ido a buscar ese reloj, cuando eran momentos muy difíciles para ello. Hoy tenemos muchos medios de comunicación, Internet, correo, lo que queramos, pero en aquella época había que meter a una persona en un barco y mandarlo a Inglaterra a comprar una máquina del tiempo. Una vez se ponían en contacto con el fabricante, estos les mandaban por correo a los ayuntamientos correspondientes todas las órdenes que remitía el fabricante para reconstruir y hacer ese campanario, justo antes de meter el reloj en un barco de vapor, bajarlo por el Támesis y trasladarlo en otro barco a Canarias. ¡Ya lo creo que tienen historia!


-¿La Administración Pública es consciente de nuestra riqueza en esta materia?
Es una buena pregunta. Creo que sí son conscientes. Yo soy una persona que me empeño en que se de a conocer todo esto. Si aún no me han oído hablar de este tema ya es muy difícil. Sobre todo porque estamos siempre encima para intentar revalorizar este patrimonio.

- Y los canarios, ¿sabemos lo que tenemos?
No. Estamos intentando remediar este tema. No solo dar a entender qué es lo que tenemos, sino también defender el oficio de relojero artesano, que es uno más, como puede ser muy digno el de carpintero, pastelero, etc. El de relojero artesano abre un gran abanico con lo que es el reloj artesano, soldadura, pintura… Es muy amplio. Queremos sembrar la semilla en todos los colegios públicos.

- ¿Qué cualidades debe tener un relojero artesano? Deduzco también que en Canarias hay muy pocos…
Hay muy pocos y tenemos el problema del intrusismo profesional. Muy serio. Repito, porque como no tenemos ninguna titulación que nos acredite, cualquiera que venga por la esquina, con decir que es relojero, ya le vale. Es cuando realmente vemos el verdadero problema que tenemos y verdaderos destrozos en el patrimonio de relojes públicos.

"Los canarios no sabemos lo que tenemos. Estamos intentando remediar este tema. No solo dar a entender qué es lo que tenemos, sino también defender lo que es el oficio de relojero artesano"

- ¿Le preocupa la modernización de los relojes?
Ni mucho menos. Nunca me ha preocupado. Cuando hay que poner un reloj electrónico es cuando no existe un reloj mecánico. La pena es cuando se sustituye un reloj mecánico por uno electrónico porque estamos borrando una gran parte de nuestra historia y patrimonio.

- También comentaba que está tratando de divulgar el oficio entre los más jóvenes. ¿Cómo ha sido su reacción?
Su reacción es muy positiva porque les estás contando algo que desconocen, de lo que no tenían ni idea: que esos relojes existen. No se pueden ni imaginar que se pudiera meter a una persona en un barco en 1700 e ir a buscar un reloj a Inglaterra. Te dicen: ¡Pero si tenemos hoy internet y de todo! Subirles a un campanario, explicarles qué es la matraca, cuál es su funcionamiento o cómo suenan las campanas y sus diferentes significados según el toque… Les dices que toquen la campana y no se atreven. Cuando lo hacen se les ve esa cara de alegría. Después de haber recibido toda esa información que les damos, la satisfacción, por parte de ellos y nuestra, es muy positiva.

- ¿Y tenemos algún tipo de catálogo de nuestra riqueza patrimonial en esta materia?
No. No lo hemos conseguido todavía pese a que estamos intentando entrar por medio de un convenio de colaboración con el Obispado de Tenerife, el área de Patrimonio, y realmente no se nos da paso a poder hacer ese catálogo, ni para valorar el patrimonio que tenemos ni en qué estado está. Estamos intentando conseguir esa colaboración, pero aún no lo hemos logrado.

- ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Hace muy pocas fechas, en agosto, hemos inaugurado el reloj de San Cayetano, en La Montaña. Hablar de proyectos próximos en la situación en la que estamos es muy difícil porque estamos bailando como peonzas a ver dónde conseguimos rascar un poco para conseguir hacer algo. Es muy difícil al no tener apoyo institucional para conseguir dar a conocer este patrimonio relojero. Nuestro próximo proyecto consiste en que queremos dar las campanadas de Fin de Año en Icod de los Vinos porque, además, el reloj cumple su 150 aniversario este año que entra. Para nosotros sería muy importante dar esas campanadas y echara andar ese reloj que se ha restaurado este 24 de febrero, pero está parado. No entendemos por qué todavía no se ha hecho el contrato de mantenimiento cuando deberíamos estar muy encima de nuestros relojes públicos.