Adiós al sueño en Vallecas

Fin del sueño. El Tenerife sucumbió en su particular 'final' en Vallecas. Los blanquiazules, que venían de dos tropiezos consecutivos, querían reengancharse a la pelea en la capital de España. Sin embargo, el Rayo Vallecano hizo valer su condición de equipo más en forma de la categoría y fulminó a los insulares con una pegada temible. Los visitantes perdonaron y terminaron pagando. Dejando los playoff a unos 7 puntos que se antojan muy lejanos.  

Los primeros 45 minutos transcurrieron con dominio alterno. Ambos conjuntos saltaron al verde con la firme intención de ir a por los puntos. Sin tapujos, los insulares comenzaron a crear peligro sobre la portería madrileña. 

No tardaría en llegar la primera oportunidad blanquiazul. Corría el minuto 1, cuando Suso recibió un balón colgado al segundo palo y, tras rematar con la testa, cerca estuvo de sorprender a Alberto. Sin embargo, el veterano guardameta local despejó el cuero con una gran intervención. 

La réplica del Rayo Vallecano llegaría 10 minutos después. Trejo cogió el balón y se marchó de todo aquel rival que le salió al paso. Filtrando luego un pase entre líneas para Embarba. El extremo recibió libre de marca, pero su chut se marchó ligeramente desviado. 

Pasaban los minutos y los locales comenzaban a inclinar un poco el terreno de juego a su favor. Lo que provocó que emergiera sobre el verde la figura de Raúl de Tomás. El killer tuvo la primera en el minuto 36, pero Dani Hernández le ganó la partida con una parada sublime. 

Éste era solo el preludio para lo que se avecinaba. A la jugada siguiente, Embarba puso un centro medido al corazón del área; y en esta ocasión el pichichi madrileño no perdonaría. De Tomás se coló entre los zagueros y con un toque sutil puso la pelota en la escuadra. Tocaba remar. 

Lejos de amedrentarse, el Tenerife buscó su gol. Tanto fue así, que no tardaría en llegar. En el minuto 42, Iñaki puso un centro maravilloso al corazón del área, desde una falta lateral. Ahí se elevó Casadesús para, de cabeza, poner las tablas en el electrónico. 

Cuando todo parecía indicar que el marcador no se movería más hasta el descanso, cerca estuvo de cambiarlo el cuadro insular. En la última jugada del tiempo reglamentario, Casadesús recibió dentro del área y, tras recortar al meta Alberto, remató a portería. Lastimosamente apareció Abdoulaye para salvar el gol bajo la misma línea. 

Tras el paso por vestuarios la dinámica del encuentro no varió. Sin denominador común, el intercambio de golpes seguía siendo una constante. Tanto fue así que en la primera acción estuvo cerca de adelantarse el cuadro local. Raúl de Tomás recibió en la frontal y buscó el gol con un disparo raso y seco, el cual terminó estrellándose en el poste. 

Pocos minutos después llegó la jugada desafortunada de la tarde. El Tenerife rondó el gol, pero la fortuna le fue cruelmente esquiva. Mula centró desde banda derecha y dejó solo a Casadesús. El veterano delantero remató con la cabeza y Alberto evitó el gol con una gran parada. El rechace le llegó a Carlos Ruiz en el área pequeña, pero su chut fue repelido por el palo. El colmo de los males. 

El segundo golpe del Rayo Vallecano llegó en el minuto 64. Cuando una falta lateral lanzado por Embarba fue rematada por Álex Cruz. El lateral marcó libre de marca. Error grosero e imperdonable de la zaga insular. 

Los visitantes se lanzaron a la desesperada a por el gol, pero de nuevo perdonaron... Malbasic se plantó solo ante el arquero rival, pero en su intento de picada no acertó. A partir de aquí el Tenerife hizo bueno el dicho 'quien perdona termina pagando'. Ya que a la jugada posterior Embarba recibió dentro del área y superó a Dani Hernández con un zapatazo monumental que se coló por la escuadra. 

A partir de este instante, el partido bajó enteros. Lo intentó el equipo tinerfeño, pero con más corazón que fútbol. Conscientes de la oportunidad perdida y de que los playoff comienzan a convertirse en una utopía prácticamente inalcanzable.