En esta ocasión me acompañó mi partnet in crime, Aida Rivero, que disfrutó tanto o más que yo de la línea creativa que desprende este hotel.
Tras pasar por estos espacios tan bonitos, nos dirigimos a una de las salas de las que dispone el hotel donde nos esperaba la increíble Rocío, dueña de la marca Maldita Dulzura, ella junto con el equipo del hotel decidieron invitar a un grupito pequeñito de personas para que viviéramos la experiencia de aprender a hacer caligrafía y degustar su menú haciendo un brunch.
A veces las imágenes hablan por si solas y no necesitan de palabras, pero diré que fue una gran mañana entre conocidos y aprendiendo algo nuevo.
Honestamente, desde mi punto personal, la caligrafía siempre ha sido una técnica que me ha llamado mucho la atención, desde que leía libros de fantasía hasta que me apasioné locamente por la historia clásica como moderna, la escritura siempre ha sido un campo de mucho interés para mí, pues siento que como las imágenes, escribir y expresar lo que sentimos y pensamos es inspirar a otros y como no, perpetuar el conocimiento, si además, lo aderezamos con técnicas para embellecerlo mejor que mejor, ¿no?
"La Caligrafía es la geometría del alma" - Platón
Probar ésto junto a Rocío fue muy enriquecedor, porque además de experta, nos explicó la técnica "ITÁLICA", y algunos consejos y trucos para practicarlo en casa, además, nos dio unos cuantos apuntes sobre su historia, y me pareció de mucho interés, sobretodo por el mundo en el que me muevo, uno nunca sabe las habilidades que deberá desempañar en un futuro.
Después de tres horitas dándole al rotulador y volar nuestra imaginación, tocó el momento del brunch, y tengo que confesar que me quedé muy sorprendida, no sólo por la cantidad, sino por la calidad, está claro que el hotel, apuesta por un producto autóctono exclusivo.
Después del súper brunch nos dejaron nuestro tiempo para conocer y explorar un poco las inmediaciones del hotel.
Rincones tan dispares y focalizados al diseño, historia y la naturaleza me hicieron recordar a mis últimos viajes y es entonces cuando comprendí que la verdadera esencia de este hotel era aportar al viajero un lugar único dónde pudiera sentirse como en casa, y para los locales como yo o como tú que podemos disfrutar de sus instalaciones, recordar que existe afuera un mundo lleno de posibilidades.
Una de las mejores combinaciones entre diseño, historia y naturaleza que existen en Tenerife, te hará recordar seguro a algunos de tus viajes.
Aunque para mí, sin lugar a dudas, mi rincón favorito de La Laguna Grand Hotel, fueron las vistas tan privilegiadas de la ciudad de La Laguna.