Nutrición ortomolecular, una alternativa preventiva

A la sombra de la medicina convencional, esta disciplina en crecimiento evita los fármacos. Día Mundial de la Salud.

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Hay una disciplina médica que quizá nuestro lector no conozca a la que igual debería asomarse para comprender que hay alternativas dirigidas a la mejora de la salud. Si bien, este ámbito se centra en su carácter preventivo.

Nos referimos a la medicina ortomolecular y a la nutrición ortomolecular, una especialidad que se destaca por el uso de cantidades biomoleculares superiores a las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), concepto que puede llevar al equívoco si determinamos estas cantidades como suplementación, cuando no es el caso.

“Utilizamos las dosis adecuadas para que haya una respuesta celular diferente. El nutriente actúa como si fuera un fármaco sin los efectos secundarios del mismo. Habitualmente son más altas, pero siempre que se perciba un objetivo de tratamiento de salud, no como suplementación, porque en ese caso se usan las dosis correspondientes a dicho concepto. Son dos pilares totalmente diferentes”. Lo explica el doctor Jorge L. Cubrías, presidente de la Sociedad Española de Nutrición y Medicina Ortomolecular (SENMO).

El Dr. Jorge L. Cubrías en una conferencia del SENMO | CONSULTA DE MEDICINA INTEGRATIVA

Cubrías afirma que medicina solo hay una y de ahí se diversifican los distintos ámbitos de aplicación. Desde el punto de vista ortomolecular es trascendente saber que se trabaja “desde la prevención, con datos de salud”. Asegura que los consejos de comer cinco frutas al día y hacer ejercicios “no es recomendar salud. Los genes te predisponen”. Y sobre el conocimiento de los mismos es donde radica la fuerza de esta disciplina, permitiendo atacar los problemas patológicos antes de que surjan. “Lo más importante es poder trabajar con aquel que piensa que está sano y sin embargo no lo está”, explica el doctor Cubrías.

La nutrición molecular va más allá de estudiar el problema concreto y atacarlo. Tiene una mayor visión de conjunto, analizando el cuerpo como un todo y los efectos causales que pueden afectarle. Así, Cubrías señala que “hoy en día para tener una buena salud es más importante el código postal que el código genético”, ya que las condiciones que rodean a la persona en el día a día tienen una gran incidencia en las posibles enfermedades que pueda adquirir.


“Hoy en día para tener una buena salud es más importante el código postal que el código genético”


Formación inadecuada
Desarrollar competencias en la medicina ortomoecular requiere de unos conocimientos sólidos de biología y fisioquimica, algo que exige de una formación continuada y bien estudiada. Sin embargo, el doctor Cubrías critica el actual sistema formativo que existe en la medicina. “Los médicos siguen formándose como lo hice yo hace 23 años. ¿Cómo es posible que estas técnicas tan novedosas e interesantes no estén dentro de los programas actuales de los médicos?”. Además, traslada su disconformidad con la repentina aparición de nuevos ‘colegas’ de la disciplina. “Es extremadamente importante elegir el profesional adecuado porque hay gente mal formada con un autotítulo tras un curso de un fin de semana. La única manera para que se formen bien es que se estructure la formación”.

El Dr. Cubrías expone sobre la medicina ortomolecular | CONSULTA DE MEDICINA INTEGRATIVA

Reconoce que existe un choque entre la medicina molecular y la convencional más allá de la formación y que, desde su perspectiva, le parece insalvable a día de hoy. “Es muy difícil que se generalice y se meta dentro del mundo de la cobertura sanitaria, pero para que así sea y no se vulnere la buena práctica de la medicina ortomolecular, tendrías que dejar a un médico una hora para ver a un paciente. Eso no lo va a permitir el ámbito sanitario”, sentencia.

Futuro de la nutrición ortomolecular
A pesar de todo, el doctor Cubrías se entusiasma con el futuro más próximo de la nutrición ortomolecular. “No hay duda que tiene un crecimiento connotado si las cosas se hacen bien. Ya sin hacerse bien la tasa ha ido creciendo y no solo en España, ¡sino en todo el mundo! Hay un futuro impresionante”, exclama. 

En este sentido, algo básico es la “adecuada divulgación”, aprovechando la nuevas formas de comunicación. “Internet y las redes sociales permiten que cualquier persona pueda acceder a la información y eso ha permitido que los pacientes vayan 'increcendo'”, reconoce el doctor. “Tanto es así, que hace dos años creamos la SENMO”, añade el que es presidente de la misma.



Gracias a esta vía de mejora en la fluidez de los conocimientos sobre la medicina ortomolecular, la disciplina va enganchando cada vez a más médicos que se alejaban de esta rama basada en el uso de cantidades biomoleculares superiores. “Tenemos un centro de formación en este ámbito que formamos hace cuatro años y cuando empezamos el 80% de los alumnos no eran médicos. Los últimos datos, en 2016, mostraban que el 92% de ellos ya lo eran previamente”.

Es una alternativa novedosa, en crecimiento y que, pese a “entrar por el trastero en España”, podría apoyarse en uno de los dichos más populares del país: ‘Más vale prevenir que curar’.